LOS MICROPLÁSTICOS EN MARES Y OCÉANOS

Los objetos de plástico llegan al medio marino y tardan entre décadas y cientos de años en degradarse. El tiempo de degradación depende de la composición del plástico y de las condiciones ambientales a las que se exponen (luz solar, oxígeno, agentes mecánicos).
Luz solar es el principal agente que degrada el plástico. Esto, sumado a la acción del oleaje acelera dicho proceso de degradación y como resultado los fragmentos más grandes procedentes de los plásticos, se van rompiendo en trozos más pequeños, generando los microplásticos. 
Todos los objetos de plástico que llegan al mar pueden causar graves daños a la fauna marina. Actualmente, unas 700 especies de organismos marinos se ven afectadas por este tipo de contaminación. Cada año, más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de todos los plásticos que llegan al mar.





Sarah Montesdeoca Esponda en su investigación sobre los microplásticos, se planteó la siguiente pregunta: ¿Cómo afectan los protectores solares al medio ambiente?

Los filtros solares son compuestos químicos usados ​​para proteger la piel y evitar la degradación de los materiales por la radiación UV, además son parte de los contaminantes emergentes, que aún no están regulados por la legislación. Su acumulación en los organismos marinos puede provocar alteraciones hormonales y reproductivas, afectando a la cadena trófica, que llega a los humanos a través de la alimentación. Estos contaminantes, incluidos fármacos y productos de cuidado personal, llegan al mar a través de las depuradoras, las cuales no eliminan del todo estas sustancias. Su presencia en el agua está aumentando, lo que requiere un seguimiento y un monitoreo analítico para su medición en concentraciones bajas.

Los filtros UV ingresan directamente a las playas y los ríos a través de los bañistas ya que se encuentran en diversos productos como cremas o cosméticos. Su presencia en el medio marino es significativa y afecta especialmente a las zonas costeras turísticas.

En el mar, los filtros UV son nocivos para la fauna y la flora. Como afirma Sarah Montesdeoca Esponda, se ha comprobado su presencia en varios niveles de la cadena trófica, afectando la reproducción de las especies y actuación como disruptores endocrinos que amenazan la biodiversidad.

Ante esta problemática, se han propuesto soluciones como prohibir algunos filtros UV que son dañinos en lugares como Palaos y Hawái. Sin embargo, la prohibición mundial es complicada. La comunidad científica sugiere productos reformulares hacia alternativas más naturales y biodegradables, siendo estas menos conocidas y más caras. Es fundamental aumentar la conciencia sobre el impacto ambiental de los filtros solares convencionales. Para ello, la sociedad tiene la responsabilidad de impulsar el cambio de conciencia entre los consumidores será clave para que los fabricantes ofrezcan alternativas más amigables con el medio ambiente.






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